Jóvenes que cambiaron las armas por el diploma

Desde que se firmaron los acuerdos de paz, 733 excombatientes han pasado por procesos educativos que brinda el Gobierno Nacional.
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Situado entre los barrios de Chamberí y Chueca, el inmueble fue proyectado por el arquitecto José María Mendoza Ussía como sede de la antigua compañía vizcaína Papelera Española.


Manteniendo la esencia del palacete y algunos de sus elementos más singulares, como el patio central, las vidrieras o los azulejos de la fachada, el arquitecto Antonio Obrador ha realizado una cuidada intervención en sus interiores. A sus 78 habitaciones y suites, algunas de ellas con terraza, se une la zona de aguas (en la planta inferior) con diversos tratamientos.

La primera estudiante en llegar a la ceremonia de graduación fue Liliana Ríos Rodríguez. Traía en los brazos a su bebé recién nacida. La acompañaba una familiar, quien se hizo cargo de la nena mientras su mamá terminaba de ajustar los detalles: retocar el maquillaje, acomodar la toga, mecer con suavidad el peinado bajo el birrete.

Detrás de ellas empezaron a llegar los acompañantes de sus camaradas para sentarse en las sillas rojas del auditorio de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad), sede Restrepo, donde recibirían su diploma. Hombres y mujeres de todas las edades y de diferentes regiones del país se acomodaban, aguardando.

A las 10:40 de la mañana del 24 de abril sonó el himno nacional. 22 exintegrantes de las Farc, de pie, lo cantaban; en la mesa principal, representantes del Ministerio de Educación, de la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), del Consejo Noruego de para Refugiados (NRC), de la Fundación Colombiana de Excombatientes y Promotores de Paz (Fucepaz), y el vicerrector de la Unad, Leonardo Sánchez, quien fue el primero en dirigirse al auditorio.

“La educación es el mejor camino para lograr la paz. Hoy se da otro paso en el sueño de seguir construyendo patria y tejido social. Esto nos hace pensar que la paz es viable”, leyó de su discurso y lo concluyó con un mensaje a los graduandos: “Hoy deben sentirse orgullosos porque cada tropiezo y obstáculo fue superado y hoy están aquí”. Aplausos.

Después de estas palabras subió al atril Christian Visnes, director del NRC y quien, después de adherir a lo dicho por su antecesor y felicitar a los excombatientes por su logro, siguió refiriéndose a ellos al enviarle un mensaje al presidente Iván Duque. “Esperamos que el Gobierno de Colombia tenga la misma voluntad e interés de ustedes para sacar adelante la paz”, dijo Visnes.

Esta promoción de bachilleres no es la primera y no será la última de exguerrilleros.Gracias a un convenio entre la ARN, el partido Farc, el NRC, Funcepaz y el Ministerio de Educación, han sido 733 los que han culminado sus estudios de educación básica.

Diana Marcela Londoño es una de ellas. Nacida en Mitú, la capital del departamento de Vaupés, hace 31 años, ingresó a los 13 al primer frente de las Farc y luego fue trasladada a su estado mayor. Duró 18 años en la guerrilla antes de entregar las armas, tras la firma del acuerdo de paz en noviembre del 2016.

En Bogotá decidió reiniciar su vida y empezó por completar su bachillerato. “Estudié para salir adelante porque, igual, uno acá, sin estudio, pues ni para un trabajo ni para nada. En sí, para ser alguien en la vida se tiene que estudiar, y pues a mí siempre me ha gustado; inclusive, yo por allá estudiaba tarde de la noche, debajo de la cobija”, relató con el diploma en sus manos.


"Es importante ver cómo la implementación del proceso de reincorporación no solo genera habilidades y competencias para ex-Farc sino para las comunidades aledañas"


Diana cuenta que en las aulas, en Bogotá, se encontró con varios de sus compañeros con los que sufrió las dificultades de la guerra. Tras concluir este ciclo, todos esperan seguir adelante con su proceso académico. Rafael Antonio Martínez es uno de ellos. Él nació en Palestina, Caldas, y sueña con ingresar a la universidad.

“En 2017 empezamos a estudiar en la zona veredal y luego me vine para Bogotá y seguí estudiando en la Unad. Estoy viviendo con mi compañera acá porque también hay parte de mi familia aquí. Yo quisiera después de esto seguir estudiando, quiero ser ingeniero civil”, contó con ilusión Rafael.

Finalmente, Deisy Janeth Velásquez, reconocida como una de las mejores estudiantes de este proceso, fue la encargada de escribir y leer el discurso de grado. Con unas sentidas palabras motivó a sus compañeros a seguir adelante en su proceso formativo.

“Muchos de nosotros tomaremos rumbos distintos, cada uno aportará algo a la sociedad, porque todos tenemos la capacidad para hacer un pequeño pero importante cambio, no importa desde dónde lo hagamos si el fin es el bienestar de todos y el de la naturaleza”. 

10 mil personas en procesos educativos

Andrés Stapper, director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), explicó que desde que empezó el proceso de implementación de los acuerdos de paz, tras la firma de estos en noviembre del 2016, 10.000 personas han pasado por los distintos modelos educativos dispuestos por el Gobierno Nacional. 

“De estos, más de 5.400 son personas de Farc y el restante, poblaciones de la comunidad. Es importante ver cómo la implementación del proceso de reincorporación no solo genera habilidades y competencias para ex-Farc sino para las comunidades aledañas”, explicó Stapper, quien agregó que la idea es que sigan avanzando en sus competencias “para sus proyectos productivos, para sus proyectos de vida individuales o colectivos, educación superior, formación técnica a través de nuestro aliado que es el Sena, que ha brindado más de 7.000 cursos para que se formen dependiendo sus características y saberes previos”.


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